¡CHUPETES PARA TODOS!
POEMA PARA OLMO Y LEO
Después de una larga jornada de guarde,
Olmo llega cansado a casa, con papá,
y sabe, que después de merendar,
casi siempre se van al parque
a una intensa sesión de tobogán.
Pero ese día, mamá, un poco cansada también
de que Leo utilizara sus pechos como chupete,
decidió regalarle uno, ¡su primer chupete!
un enorme chupete que cubría casi toda su carita,
sin sospechar cuál sería la reacción de Olmo.
A Olmo, que es un gran consumidor de chupete
y un auténtico artista en su manejo,
le había llegado la hora de compartir el uso del chupete,
aunque no los chupetes.
Así que cuando Olmo llegó de la guarde
y vio aquel hermoso chupete en la boquita de Leo,
no lo pudo resistir, se lo arrancó de un tirón
y se lo puso él en la suya,
considerando un atrevimiento por su parte
no haberle pedido permiso previamente
-se lo noté en el gesto de la cara-
hasta que mamá le explicó
que los chupetes no se comparten.
Entonces mamá sacó un pequeño paquetito de su bolso
con un lacito que ponía "para Olmo"
y al abrirlo se encontró con otro precioso chupete para él.
Olmo se sintió muy feliz
y se fue al parque a "toboganear"
luciendo chupete nuevo...
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