lunes, 10 de septiembre de 2012

Ruiloba: Cuando un ángel volteaba las campanas...


RUILOBA: CUANDO UN ÁNGEL VOLTEABA
 LAS CAMPANAS...


     Para nuestros ojos infantiles, el campanario era como un impenetrable misterio... A lo largo de las horas, la magia de las campanas transformaba, y sigue transformando, nuestro trocito de cielo... Hasta que un buen día subimos a la torre en compañía de Ángel, y llenos de miedo y emoción, palpamos la frialdad de las campanas y miramos a través de las troneras... Ángel observaba con satisfacción nuestros rostros asombrados al contemplar desde lo alto del campanario el pueblo del revés... Fue un luminoso día de nuestra infancia feliz...



     Pues sí, cuando éramos pequeños, ¡quién no subió alguna vez
al campanario en compañía de Ángel! Una experiencia inolvidable que quedaría grabada en nuestra memoria para siempre. Y más para los que teníamos vértigo, subir y sobre todo bajar  por aquellas escaleras tan pendientes, pegados a la pared, sin barandilla...

     Pero lo realmente maravilloso una vez arriba, junto a aquellas enormes campanas, era ver cómo Ángel, el campanero, las ponía en movimiento... Se situaba en medio de ambas y sujetando a sus brazos fuertemente los cordeles amarrados en los yugos o en las asas de las campanas, comenzaba a tirar alternativamente de cada brazo, cada vez con mayor energía, hasta que conseguía que volteasen a buen ritmo, produciendo aquel fascinante repique de campanas cuyas intensas vibraciones, que tanto nos impresionaban, se propagaban hasta el infinito...


     Para nosostros, ver y escuchar tan de cerca aquel extraordinario y atronador espectáculo, constituyó sin duda uno de esos felices recuerdos de nuestra infancia que han permanecido para siempre, junto a Ángel y Lupe, dos seres de sonrisa permanente, voz dulce y extraordinaria bondad, que trataban con tanto cariño a aquella chiquillería...

     Las campanas, generación tras generación, nos han acompañado y han marcado el ritmo de la vida cotidiana. En Ruiloba siempre las hemos tenido en gran estima y hemos sentido orgullo de sus familiares tañidos... ¡Oh, ese toque delicado de ángeles que invita a la oración y que desciende a lo largo del día  del Monte de las Monjas..!


     Sí, el sonido de sus cálidos bronces, festivo, alegre, triste, solemne, invita a la oración y puede ser incluso aviso de emergencias para la población, pero en Ruiloba son ángeles los que voltean las campanas... En Ruiloba, la magia de las campanas es y será siempre la magia de Ángel...

     Para mis ojos de niño, Ángel era un ángel;
Ángel tocaba como los ángeles...

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Alta torre de Ruiloba
recia, esbelta, sobria, bella.
Allá en lo alto redoblan
las campanas de mi aldea.

Tus ojos siempre asombrados
vigilando nuestros sueños.
Dos cruces en lo más alto
nos elevan hacia el cielo...

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