lunes, 15 de febrero de 2010

POEMAS MÍNIMOS




SOY DEL MAR

Soy del mar,
desde niño guardo
la retina azul
del mar Cantábrico
y a su lado
desde entonces
las horas sin fin de mi letargo...

Soy del mar
y ya no puedo
sin él seguir andando,
sin su azul
y sin su canto...


................................................


Estabas allí, Oyambre
esperándome
para abrazarme.

Tenías tus aguas inquietas
tus aires crecidos
tu arena desierta.

Sentí tu latido constante
tu azul de mar y cielo
tu ser y tu sangre.

Allí estabas hoy, Oyambre
esperándome
como una amante.





Mar Ortiz. Acrílico.

Golondrinas de plata
vuelan sobre mi sien.

Golondrinas efímeras
de rápido vaivén.




Mar Ortiz. Acrílico.

Ante ti
náufrago sin rumbo
-sólo poseo unos ojos abiertos-
ilumina abandono y olvido
tu luz como casa desierta...

Ante ti
mudo y ciego
-ola tu luz invasora-
ola sin tregua
insistente latido
apagada elocuencia...

Ante ti
lleno de ti
sobre ti
junto a ti
-azul-
dulce cadena...

Tu música ahoga -en silencio- mi ausencia...

Ante ti
sin rumbo
-sin mensaje-
botella
sobre la arena...

Náufrago
-ante ti-
sin rumbo
¡Vale la pena!

.............................................

Mar hermano:
Tú me escuchas siempre
y yo te escucho.
Nuestro lenguaje
 de seres solitarios.
Tantas son
nuestras horas de diálogo.


..........................................


Una vez más

hoy como ayer

me hablas con tu voz húmeda y blanda.


En tus palabras

-espuma tímida y blanca-

aliento helado sobre la playa

silencios que no se apagan...


¡Oh áspera lengua de arena y alga!


Hoy

como ayer

me hablas

con tu voz húmeda

y blanda.


......................................

Sonar,
sonar y sonar...

Mirar,
mirar y mirar...

soñar,
soñar y soñar...

Rimar,
rimar y rimar...

Ola,
ola y ola...

Halo,
halo y halo...

¡Hola,
hola y hola..!

Sonarsoñarmirarimar...
Olhalhola..?

Unamarañaeselmar...
Enmarañadoenelmar...




El aire
se acuesta
blandamente
sobre la arena
y se adormece.


Picos de Europa
vocero
que al cielo alza
su grito helado
y fiero.



Ola,
tú eres así,
tan juguetona
con mis pies,
tú vas y vienes,
tú ríes y lloras,
tú, 
a veces,
 te enfadas
y te enamoras...

Ola,
dime qué pasa
que yo no sé,
qué extraña cosa
me ata a tí.

Ola pequeña,
tú eres así:
a veces juegas,
a veces cantas,
a veces truenas,
a veces callas,
a veces lloras...

Ola pequeña,
ola sin mí...


..........................................


Y tú,
ola,
qué me dices,
que no te entiendo,
qué lenguaje
es el tuyo
 de misterio...

Decidme, olas,
decidme
vuestros gritos,
decidme
vuestros secretos,
que estoy sordo
y no los oigo,
que estoy ciego
y no los veo...

Volved,
insistidme
vuestras palabras
de trueno,
que tengo
la frente hollada
de tanto pensaros
y quereros...





Mar...

 ¡Qué bella estás
con tu semblante de plata
y con tus olas pequeñas..!
¡Oh noche cenicienta,
claridades estáticas
y muertas,
Picos de Europa,
nitidez perfecta..!
Mar...


DON AMABLE

Atravesando verdes vas y vienes
con aires de risueña primavera
-dulce don que sin duda Dios te diera-
y ese sosiego siempre que tú tienes.

Atravesando verdes te entretienes
-niño, pájaro o flor- a tu manera.
¡Oh clara sencillez, quietud ligera,
eminente perito en parabienes!

Seducción infantil mientras apuras
el último rincón en las hechuras
de tu negra sotana interminable.

Con amoroso afán nos edificas
elocuente y sutil cuando predicas,
don amable del alma, don Amable.


    Perdónanos, don Amable, el atrevimiento de expresarte torpemente por medio de estos versos -si se pueden llamar así- el cariño y la admiración que desde que éramos niños nos  has inspirado.
   No es fácil hacerte un retrato -imperfecto, por supuesto- en los reducidos límites de lo que pretende ser un soneto. Son muchos los rasgos que se quedan fuera.


  
   Pero en el fondo quisiéramos expresarte esta claro sentimiento: ¿qué hubiera sido de nosotros, niños y niñas de entonces y de ahora, si no hubiésemos tenido la constante amablilidad, alabanza, generosidad, sencillez y profunda fe que tu apacible y noble presencia, durante tantos años, nos ha ido reflejando?

   ¡Qué gran vacío existiría en nuestros corazones!

  Por todo ello, y porque en un mundo como el de hoy eres ejemplo de extraordinarios valores y virtudes, quisiéramos, si nos lo permites, rendirte este insignificante homenaje, que nace, sincero, desde lo más hondo de nuestro sentir.
   Con cariño,
   Ruiloba, 2 de noviembre de 1992.