viernes, 13 de diciembre de 2013

Comillas, 8 de diciembre: Tristes poetas si no se celebran.



COMILLAS, 8 DE DICIEMBRE:
TRISTES POETAS SI NO SE CELEBRAN


     Comillas dedica, como no podía ser menos, un lugar de privilegio a uno de sus hijos más ilustres, el "Poeta del Mar", Jesús Cancio. Se trata de uno de los paseos más hermosos de la villa: comienza en las escaleras de acceso a la playa (junto al hotel Joseín) y se prolonga hasta el bronce dedicado al Poeta en el muelle.



     En el transcurso de dicho paseo, que orillea toda la zona de la playa, una de las panorámicas más bonitas de la villa, nos encontramos varias cerámicas de fondo blanco y letras azules de mediano tamaño con la dedicatoria PASEO DE JESÚS CANCIO, en buen estado de conservación, que nos recuerdan al poeta.



     Su presencia es discreta y puede pasar desapercibida, así como el sencillo monumento erigido al poeta en el muelle, por suscripción popular y no sin superar dificultades. Tanto el paseo como el pequeño monumento, inaugurado en 1983, fueron reivindicados y finalmente conseguidos por la Asociación de Vecinos de Comillas y los Amigos del Poeta, con el advenimiento de la democracia.



     Tuvieron que pasar bastantes años más para conseguir otra reivindicación largamente solicitada y denegada por las autoridades locales: cambiar de nombre al colegio. Recuerdo que cuando el colegio de las monjas, actual ayuntamiento, se transformó en colegio público, se solicitó el cambio de nombre, el de Jesús Cancio, nuestro Poeta del Mar, en vez de Nuestra señora de los ángeles, propio de un colegio religioso. La negativa fue tal que incluso colocaron una placa de mármol en la fachada con éste último, cuando las monjas ya se habían ido y en su larga trayectoria no se lo habían puesto.



     Ahí no queda la cosa. El siguiente alcalde, que gobernó durante varias legislaturas, se negó rotundamente a poner el nombre de Jesús Cancio al colegio público, aún cuando finalmente se edificara uno nuevo en el Sardinero. Llegó a afirmar: mientras yo sea alcalde se seguirá llamando Nuestra Señora de los Ángeles. Y así fue. Tuvo que ser la nueva alcaldesa, quien ya, en el siglo XXI, en una de las primeras decisiones de su mandato, accediera al cambio de nombre, que actualmente luce en la fachada del centro.



     Otra iniciativa de los Amigos del Poeta y de la Asociación de Vecinos, y quizá la más interesante por su importancia y repercusión en el mundo literario, fue la creación del "Premio de Poesía del Mar Jesús Cancio", de ámbito internacional, en 1985 con motivo del centenario de su nacimiento, con la colaboración de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, el Ayuntamiento de Torrelavega y el Ayuntamiento de Comillas. La falta de interés que el propio alcalde de la villa puso en la convocatoria del Premio hizo que solo se celebrara en tres ocasiones, desapareciendo desgraciadamente en el año 2000.



(Primera convocatoria)

     Un año más -8 de diciembre, nacimiento del Poeta- nos hacemos la misma pregunta: ¿Mantenemos a Cancio como un poeta olvidado, desconocido, tal vez por el paso del tiempo, el cambio de gustos, etc... o simplemente arrinconado, silenciado por viejos prejuicios, circunstancias políticas del autor ante el golpe de estado franquista del 36, supuestamente superado?



     Tristes poetas si no se celebran. Comillas tiene la magnífica oportunidad de celebrar al "Poeta del Mar", su poeta, reanudando la convocatoria del Premio de Poesía del Mar Jesús Cancio, quien a través de la palabra escrita expresó sus sentimientos y los de sus gentes frente al mar, con estrofas bellas y auténticas... Superando así definitivamente antiguas resistencias y rechazos injustificados hacia su persona.



     La obra de Jesús Cancio constituye un verdadero monumento vivo de la villa que trasciende ampliamente en el mundo de la cultura. Escritores de nuestra tierra han cantado sus méritos y valores literarios - Gerardo Diego, José del Río Sainz, D. José María de Cossío, entre otros. Reproduzco el poema titulado "Canción etimológica" que Gerardo Diego dedicara al Poeta del Mar con motivo de la publicación de su libro "Barlovento" en 1951.



Canción etimológica 
(Gerardo Diego)

De Cancio ¿viene cantil?
¿Tu apellido llamó al mar
para que en él se estrellara?
¿Viene Cancio de canción?

Eres tú por derecho propio
el bautizado del mar
y su poeta nativo.

Los demás, le contemplamos,
le amamos, le acariciamos;
pero él solo a ti te entiende,
solo contigo dialoga.

Canta, Cancio, tus canciones,
canta desde tus cantiles,
cántanos tu cancionero.



¡Celebremos a Cancio para que no sea un triste poeta!

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lunes, 25 de noviembre de 2013

Monte Corona: En el corazón del bosque...



MONTE CORONA: EN EL CORAZÓN DEL BOSQUE...
PARA OLMO

     No es fácil, Olmo, penetrar, pero es muy fácil perderse en este bosque viejo, tupido y alfombrado... Robles y hayas compitiendo y multitud de acebos en la umbría... De vez en cuando una leve brisa provoca un aguacero de hojas... Caen despacio, casi sin gravedad... Antes de alcanzar el suelo ejecutan una danza misteriosa de giros en el aire acompañada de un leve suspiro... Pero son tantas, que al oído se convierten en una melodía dulce y apacible... 



     En el rincón más profundo y escondido, en el corazón del bosque, he sentido el rubor de un beso... Arrancarle al bosque este secreto me parece imperdonable... Juntos, de la mano, permanecen en un beso de siglos... Juntos nacieron hace mucho tiempo, juntos crecieron, se enamoraron... En esta umbría silenciosa y profunda los amantes mantienen su idilio para siempre... Solo las aves son testigos de su amor...



     Una fina lluvia de hojas desciende suavemente sobre mí, tal vez invitándome a que abandone el lugar secreto de los amantes... Y pensé, Olmo, que podría gustarte esta preciosa historia de amor de dos robles centenarios que hoy, sin querer, me encontré en el corazón encantado de Monte Corona... Quizá algún día, en secreto, podamos revivir esta aventura...



En el corazón del bosque...




domingo, 10 de noviembre de 2013

Ruiloba: Al borde del sendero...



RUILOBA: AL BORDE DEL SENDERO...

Echó sus raíces al borde del sendero
que conduce al camposanto,
no sabemos cuándo... Y, poco a poco,
fue acumulando primaveras
su tronco retorcido 
y agrietado...

Un día
alguien grabó
una cruz en su corteza
y el cortejo fúnebre se detuvo ante ella,
tampoco se sabe cuándo,
y en el efímero descanso
una oración al unísono
brotó de los labios...

Y aquel roble solitario
al borde del sendero
que conduce al camposanto,
como un retablo vivo permanece
y, desde cuándo, no se sabe,
en su último viaje 
despide a los tolanos...


Una oración hacia el cielo
eleva por sus brazos centenarios,
nacida de las raíces
que en el corazón de un pueblo
¡oh dolor de despedida!
este árbol ha clavado...

Guirnaldas de esperanza
florecen en sus ramas,
al borde del sendero
una oración y unas lágrimas...


Al borde del sendero...

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martes, 29 de octubre de 2013

Ruiloba: En alas del silencio




RUILOBA: EN ALAS DEL SILENCIO





El silencio desliza sus alas azules
su eterna canción de acantilado
bajo el cielo desnudo...

Desde el fondo hierve,
susurra mi nombre...

Sin  remedio rozo,
acaricio el abismo...

El  abismo 
de sus olas 
azules.



La Corneja, El Remedio, Ruiloba...





viernes, 25 de octubre de 2013

Ruiloba: Fonfría es una fiesta...



RUILOBA: FONFRÍA ES UNA FIESTA...


     Sí, aquí estoy yo, precioso Olmo, esperándote. Ya sabía de tu existencia, amigos comunes me habían hablado de ti, de que habías nacido tierras adentro, pero no esperaba que vinieras tan pronto a visitarme...




     A pesar de ser tan pequeñito, un bebé casi recién nacido, y de que aún solo sabes expresarte con la sonrisa y el llanto, me complace muchísimo verte en el brazo fuerte de tu padre, sobre el que apoyas tu pequeño brazo de bebé, vestidos ambos a rayas, figurando mis infinitas olas paralelas y superpuestas, que sin duda, habrán dado saltos de alegría al verte sobre el cantil de la Corneja. De ahí esos ojos de asombro con que me miras...

     Ha sido nuestro primer encuentro, un gran día para los dos, a la dorada luz del atardecer. No te has asustado ni te has puesto a llorar como hubiera sido de esperar, ante un ser tan extraño, agazapado, tembloroso, rugiente, inmenso,  como yo... pero confieso que al verte tan pequeñito y mirándome tan intensamente, no he podido evitar unas lágrimas de emoción...




     Ya sé que el Sol en estos momentos, a punto de apoyarse en mi horizonte, incendia con su luz de fuego mis aguas inquietas, que titilan al tiempo que las infinitas estrellas que encienden el cielo... Ya sé que no has podido apreciar aún el maravilloso color azul con que me visto habitualmente y que otro día, tal vez mañana, luciré especialmente para ti...

     Pero no te preocupes. Nuestros amigos comunes te mostrarán poco a poco todas estas maravillas de que te hablo y muchas más, de las que nuestro mundo natural está repleto, para goce de cuantos venís a él como viajeros en el tiempo... Hoy, Olmo, en tu honor, la bellísima ensenada de Fonfría es una fiesta...

     Para Olmo precioso, del Mar...


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jueves, 10 de octubre de 2013

Oyambre y yo: Brindando por nuestra amistad...



OYAMBRE Y YO: 
BRINDANDO POR NUESTRA AMISTAD...


     Una vez más, acabamos de nacer, Otoño, tú y yo, en Oyambre... Cuando el sol se eleva por el este y una brisa fresca nos permite caminar con agrado, cuando el azul desvaído del mar rumorea levemente y un ribete de espumas delicadas dibuja un arco de plata entre la playa y el mar...




    
     La inmensidad azul agazapada y silenciosa, la tierra verde que desciende y declina entre una bruma blanquecina, fundiéndose con las aguas... Una luz dorada impregna el espacio... Sobre la arena húmeda mis huellas, efímeras... Aroma a salitre y algas... Marea baja...




    
     Superada la costa rocosa y el escollo del Cabo, me encuentro ya a lomos del morro de piedra, moteado por una vegetación resistente a la intemperie marina, matas de hierba, brezos, escajos, mariposas... Titilan, Oyambre, sobre tu faz inquieta, multitud de estrellas diminutas, multitud de pequeñísimos soles refulgentes, multitud de velitas de cumpleaños...




    
      Una vez más, como tantas otras, como tantos septiembres de nuestra vida, Oyambre bella, elegante, dorada y otoñal... La mochila del alma cargada de nuevas presencias, de ausencias, de vivencias entrañables, de cálidos recuerdos, de miradas, de enamorados silencios, de mutua y entregada compañía...


     
     Desde el Cabo comenzamos, con este otoño solemne, lúcido y cadencial, un nuevo nacimiento, un renacimiento tranquilo, dulce y sosegado, que con el paso de tantos otros, Oyambre, nos hemos ido regalando...


     Nos llevamos siempre en el corazón, cuajados ya de sesenta y un otoños, de sesenta y un septiembres, maduros y enamorados.... Celebremos pues nuestro cumpleaños, ¡brindemos por nuestra amistad..!

Oyambre, 28 de septiembre...


Mar, amigo mío
amiga adorable,
mar...

Tu pura luz,
tu azul sin nadie,
tu enorme presencia
y tu lenguaje...

Tu inquieto estar,
tus duros aires, 
tu arena humilde,
tus blancas naves...

Mar, tú,
mi amigo,
mi amiga adorable...


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Oyambre, 
medialuna de mar,
de arena clara,
de verde entraña...

Aliento azul
que al aire exhala
tu ser sin calma...

Oyambre,
aún guardas
pureza de mil años
en tus aguas...

Oyambre amigo,
Oyambre amada...


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sábado, 21 de septiembre de 2013

Punta Carrastrada: Soplaba un viento verde...



PUNTA CARRASTRADA: SOPLABA UN VIENTO VERDE...



     Soplaba un viento verde... ¿o era un viento azul?  En todo caso era un oeste intenso, constante, sobre la rasa verde marina, sobre el raso azul del mar...

     Yo caminaba por la hierba, feliz, contemplando impresionado la grandeza de estos inmensos horizontes, empujado por el viento, ensordecido por el mar...




     Y de pronto me encontré con el borde verde del abismo bajo mis pies... Casi cien metros en vertical y un mar babeando espumas y lamentos, golpeándose tenazmente contra el cantil. Se me encogió el corazón...

     Así fue como descubrí la Carrastrada hace unos treinta años... Aún siento el vértigo recorriendo todo mi cuerpo como un latigazo eléctrico. Sin nada a qué agarrarme, tras un instante de indecisión y asombro, me dejé caer hacia atrás y permanecí tumbado en la hierba... El abismo del cielo me confortó.




     Animado por un repentino espíritu de conquista y aventura decidí reconocer aquel maravilloso lugar... Recorrí las inmediaciones orilleando el precipicio hasta que encontré un pequeño sendero que descendía por una pendiente muy pronunciada. Con la sensación de introducirme en un mundo desconocido y peligroso, el de los acantilados con mayúsculas, me atreví a seguir, con mucha precaución, el caminito típico de pescadores...




     Entre pequeñas matas de brezos cuajadas de flores, el sendero, cada vez más pindio y resbaladizo, me condujo hasta una primera lastra saliente sobre un mar aún muy profundo. Desde allí divisé, unos metros más abajo, otro gran peldaño de piedra con restos inconfundibles de un puesto de pescador, sin embargo no encontraba la manera de descender hasta él.

     En una de las esquinas, la orientada al este, esta gran lastra sobresaliente sobre el mar posee como un pequeño recorte en ángulo a través del cual puedes ver el mar amenazante en la base del acantilado. Tumbado sobre la lastra me asomé y pude comprobar las huellas por las que había que descender, en la misma vertical del abismo...




     Era todo un reto para una primera vez y para una persona sola y con vértigo...Estudié la situación: cuatro, cinco, seis pasos, a gatas, de espaldas al precipicio, de espaldas a la profundidad, a la intemperie marina y finalmente al silencio... Con la respiración contenida, con el corazón acelerado y el vértigo en la palma de las manos, me tumbé boca abajo, arrastré primero mis pies por el recorte de la roca y poco a poco, sin saber cómo, sin mirar atrás, fui apoyando un pie, después otro, soltando sucesivamente cada mano y volviéndome a agarrar...




     Hasta que alcancé el puesto del pescador, el maravilloso y deseado puesto del pescador, el lugar más destacado y privilegiado de Punta Carrastrada... Aún me temblaban las piernas, pero había merecido la pena...




     La gran plataforma de piedra sobresale como un balcón suspendido en mitad del acantilado... Las olas, a mar abierta, llegan inmensas, poderosas, golpean con furia y sientes su vibración en las entrañas... Los horizontes infinitos inundan tus diminutas pupilas asombradas... Navegas perdido en la quilla de roca de un fabuloso buque solitario...



   Punta Carrastrada (Toñanes, Alfoz de Lloredo, Cantabria)
                                 
     ¡Cuántas veces he vuelto a visitarte, Carrastrada, navegante enamorado de tus aires y tus aguas, cuántas veces, gravitando en tus alturas, cual gaviota impulsada por tu viento verde, por tu viento azul...



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martes, 10 de septiembre de 2013

Ruiloba: Don Camilo, mi primer maestro.



RUILOBA: DON CAMILO, MI PRIMER MAESTRO



     Todos tenemos, entre los recuerdos de nuestra infancia, la figura clara de una maestra o un maestro que ejerció sobre nosotros, por diferentes razones, su especial influencia benefactora.

     Don Camilo fue mi primer maestro. A los seis años, cuando comenzábamos a ir a la escuela por aquel entonces, se me quedó grabada para siempre la imagen precisa y preciosa de don Camilo.




     Recuerdo con emoción que yo quería mucho a aquel maestro, a don Camilo.


     A pesar de que don Camilo era una persona seria y de que en la escuela del Barrio de la Iglesia, en Ruiloba, éramos numerosos niños de todas las edades, yo esperaba con ansiedad el momento en que me tocara leer en su mesa, o cuando él pasara por los pupitres y se detuviera en el mío para comprobar el cuaderno. En sus correcciones siempre había una palabra de aliento.

     Notaba que seguía mi lectura con atención, que me corregía con interés y con un tono de voz que me transmitía estímulo, dedicación, cariño... Esa sensación de respeto y al mismo tiempo de confianza y cariño, yo creo que la compartíamos todos los alumnos, desde el más pequeño hasta el mayor.

     Recuerdo a don Camilo como una persona joven, siempre vestido de traje y corbata, tras su mesa de profesor, sobre la tarima, trabajando con expresión seria, al mismo tiempo que controlaba la clase con su atenta mirada... Y recuerdo que en aquella clase, en la que estábamos todos mezclados, mayores y pequeños, no se notaba desorden ni griterío, más bien trabajo y tranquilidad.






     También recuerdo con claridad que jamás vi a don Camilo pegar ni gritar a nadie. Sí recuerdo que hablaba bastante con cada uno, con expresión seria.

     Yo recuerdo que con seis años estaba tan estimulado y contento que cuando salía de la escuela iba corriendo a mi casa, que estaba cerca, voceando a mi madre desde la calle: -¡Mamá, me ha pasado, me ha pasado de página..!

     Pero fue tan solo un curso el que pude disfrutar de don Camilo. Recuerdo que sentía tanto cariño y admiración por él, que con seis años ya tenía muy claro que yo quería ser de mayor, como don Camilo, maestro. Me transmitió la vocación por la enseñanza y toda la vida he tenido con él una deuda de gratitud...

     Pero la imagen más clara de don Camilo, que guardo imborrable en el recuerdo, es el día en que, a fin de curso, debía despedirse de sus alumnos porque ya no volvería, se iba destinado a Galicia, su tierra natal. Don Camilo, sentado en su sillón, después de hablarnos y mirarnos a todos detenidamente, apoyó los codos sobre la mesa, inclinó la cabeza sobre sus manos y en silencio se puso a llorar ante nosotros, que le observábamos callados, sentados en los pupitres... Y sentimos con él el dolor de la separación...




     Recuerdo con emoción que yo quería mucho a don Camilo, pero luego supe que con aquel sollozo de maestro nos daba a entender cuánto nos quería él también a nosotros, a todos y cada uno... Y siempre he guardado su imagen preciosa y precisa...

     ¡Gracias, don Camilo, de corazón..! Y por extensión, gracias a todas las maestras y maestros, cuya incansable labor en la escuela, paciente y tenaz, abrió nuestros ojos a las palabras, donde se contienen todas las cosas, y también al mundo, enseñándonos a ejercer noblemente nuestra incipiente ciudadanía...


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viernes, 23 de agosto de 2013

Ruiloba, desde el Selmo...



RUILOBA, DESDE EL SELMO...


     Me despierto con el sol y subo hasta el Selmo... Todo luce como nuevo a primeras horas de la mañana: El rojo de los tejados entre las diferentes tonalidades del verde dominante; el azul del mar hoy casi diluido con el celeste brumoso; aún no se percibe en la lejanía el ruido del tránsito de vehículos típico de estas fechas veraniegas, ni siquiera el rumor de un mar profundamente dormido... Desde el Selmo, soledad y silencio...




     Las torres blanquecinas de la iglesia descuellan entre el apiñado caserío, débilmente iluminadas por el sol; la ermita del Remedio, arropada por cipreses centenarios de los vientos del oeste; el convento de San José asentado junto al entrañable y familiar "monte de las monjas"... Desde el Selmo te contemplo, Ruiloba, desde su soledad, desde su silencio... Mariposas amarillas revolotean a mi alrededor...

     Escucho varias campanadas en la distancia, tumbado sobre el césped recién pacido, a la sombra de este hermoso y solitario fresno... Te muestras como siempre, bellísima, Ruiloba, tendida en el verde regazo del valle, entre las suaves lomas de la Marina, enmarcada por el horizonte azul del Cantábrico...

     A solas con el silencio. No hay mejor lugar para encontrarse a uno mismo. Aquí nací, aquí nacieron nuestros antepasados, sientes el latido de la emoción, del nuevo eslabón que se suma a la cadena de la vida, estás en casa, entre los tuyos, eres feliz... Desde esta altura, cada hogar, cada rincón, cada una de las infinitas historias te resulta familiar, compartida, querida...





     Desde el Selmo, soledad, silencio, mariposas amarillas...

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lunes, 5 de agosto de 2013

Poemas para Olmo: Nuestro hijo / Desnudez



POEMAS PARA OLMO: NUESTRO HIJO / DESNUDEZ


Nuestro hijo

Se os abrieron las carnes
y habéis comenzado a amar
como un padre
y una madre...

¿Ya habéis pronunciado
la palabra hijo,
hijo mío,
nuestro hijo
y habéis querido como nunca..?

¿Ya habéis apoyado
la mejilla en su sollozo
y habéis sentido
la caricia de sus lágrimas..?

Se os abrieron las carnes
a su amorosa presencia...





Desnudez

Como la ola
desnuda
descarga en la orilla su llanto
de agua y espuma...

Desnudo
como la ola
surgiste del fondo
y fue tu lloro el temblor
de la primera palabra
despojada...

Desnuda
como la ola...


(Poemas para Olmo)



martes, 23 de julio de 2013



RUILOBA: HE SOÑADO CON EL FONFRÍA 
DE MI INFANCIA


     En la pequeña ensenada rocosa reinaban las aguas y los vientos del Norte. La sucesión de mareas, marejadas y mares bellas entre los acantilados que la cobijaban, constituía su razón de ser y de existir...




     El pedrero, a manera de medialuna inclinada, blanca y reluciente, de piedras redondas de similar tamaño, se removía al peso de nuestras pisadas. Cerraba el pedrero la ensenada por el sur entre dos acantilados, la Corneja al este y el Miradorio al oeste; al norte el horizonte, como un tendal del que colgara un mar azul, ondeante a capricho del viento...

     Las olas avanzaban plenas, descargaban en el pedrero y al descender surgía una melodía única al rodar las rocas con el impulso de la espuma... Y el ciclo se repetía con cada ola... Era el sonido de Fonfría, del Fonfría de nuestra infancia...

     Recuerdo aquel pedrero como un maravilloso instrumento musical: Cuando la ola llegaba y se entregaba, predominaba el lenguaje de las aguas; cuando a continuación la ola retrocedía, surgía el delicioso sonido de los cantos rodados... Podías extasiarte ante el mar escuchando el rumor del pedrero, tumbado sobre las verdes brañas de aquel Fonfría, en aquellas interminables e inolvidables tardes de verano de nuestra infancia feliz...




     Con marea alta nos bañábamos en el pedrero junto a una pequeña lastra que sobresalía por la derecha, en la "zona de las mujeres..." Con marea baja, en la Pozona, auténtica piscina natural entre dos lastras paralelas, con fondo de arena y profundidad suficiente para tirarte de cabeza. Allí aprendimos a nadar, a bucear, a sentir el impulso de las olas, de las resacas, de las corrientes, del viento... Sí, allí la chiquillería aprendimos muchas cosas sin darnos cuenta, entre otras, a compartir con la Naturaleza, respetarla, a amarla...




     Jamás hubiésemos sospechado que con el correr de los años Fonfría pudiera sufrir semejante transformación paisajística y medioambiental, así como de usos y costumbres...Total ocupación de las brañas y del espacio disponible por un feo edificio sin alma; tuberías vertiendo descaradamente en el pedrero, a la vista de todos, en el lugar de nuestros baños; un intenso y continuo zumbido de motores donde antes solo se oía el canto de piedras y espumas...




     ¿Y la chiquillería? ¡En la piscina, claro..! Bandadas de gaviotas compitiendo en la boca del vertido llenan la soledad de un Fonfría diferente, desfigurado por el progreso...

     Pero nuestro recuerdo permanece. ¿Nos permitís al menos que por una vez soñemos en voz alta con el Fonfría de nuestra infancia? Esperamos que sí y también que os haya gustado nuestro sueño...



(Autor del óleo, Eloy Uranga "Tivo")

He soñado con el Fonfría de mi infancia...

Verdes brañas de Fonfría
paraíso de Ruiloba,
donde tus hijos venían
a disfrutar de las olas.

Medialuna del pedrero
de blancas piedras redondas,
ya no oiremos vuestros ecos
al descender de las olas.

Ni las llampas de cacea
las mejores de la zona
quedarán entre las piedras
de nuestra querida costa.

¿Qué será de aquellas lastras
puntiagudas, arenosas,
que remansaban tus aguas
del Butrón a la Pozona?

¿Y aquella chiquillería
que entre la espuma y las rocas
de tu paz y tu armonía
guardamos feliz memoria?

¡Oh rincón puro y salvaje
antiguo como la historia!
¡Cuánta emoción al mirarte
sentimos los de Ruiloba!

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jueves, 4 de julio de 2013

Ruiloba: ¡Ya estoy aquí! Poemas para Olmo.



RUILOBA: ¡YA ESTOY AQUÍ! 
Poemas para Olmo



Emergiste, Olmo, a la luz
con el impulso de quien sale a superficie
desde las submarinas profundidades uterinas
buscando desesperadamente la primera bocanada de aire,
el primer llanto desgarrador y reivindicativo
de tu liberada y única presencia 
en este mundo...

Y en el tierno regazo
de unos padres pletóricos de felicidad
nos mostraste, Olmo,
tu inaugural semblante sosegado,
sonrosado, gesticulante y hambriento
y colmaste de nuevo nuestro corazón
de un amor inenarrable
y fecundo...

Y se inundaron de lágrimas nuestros ojos
de abuelos enloquecidos por una inmensa alegría,
Olmo...





isalv/videos


Precioso Olmo:

Te hemos visto
buscar con avidez
la fuente que mana leche y miel...

Y bucear
y agarrarte dulcemente
y sucumbir a las delicias del amor...

Y ciegamente
atarte de nuevo a la piel
a las caricias, a los besos más hermosos...



Olmo...

(Poemas para Olmo)




martes, 2 de julio de 2013

Ruiloba: Un latido que no cesa. Poemas para Olmo.



RUILOBA: UN LATIDO QUE NO CESA
Poemas para Olmo



Sucedió en otoño

Se te llenaron los ojos
de doradas hojas tiernas
se te llenaron las manos 
de una lluvia de hojas lentas
en tus oídos el viento
y una alfombra de hojas secas
se te llenó la nariz
del aroma de la tierra
se inundó tu corazón
de "un" latido que no cesa...



Si yo fuera músico

Si yo fuera músico
te compondría un himno a lo Beethoven,
la Nana de la Alegría,
la cantaría en las plazas a pleno pulmón
la gritaría en los montes y en las playas
para que todo el mundo se enterase
de que nos está naciendo un niño...

Si yo fuera músico a Vivaldi
le robaría La Primavera
para regalártela por primavera
¡oh, qué maravilloso concierto te daría
si yo fuera músico..!
para que todo el mundo se enterase
de que nos está naciendo un niño...

Si yo fuera músico sería
un feliz trovador por los caminos,
tocaría, cantaría y bailaría sin descanso
para que todo el mundo se enterase
de que nos está naciendo un niño...

Si yo fuera músico ¡qué sería!
un músico loco de alegría
porque nos está naciendo un niño...

Pero como no soy músico
solo se me ocurre ofrecerte
el pío-pío de los petirrojos al amanecer
que es la música más sublime jamás escuchada
y nuevamente al atardecer
con la nana del pío-pío
te dormiría entre mis brazos
para que tuvieses dulces sueños...

Porque nos está naciendo un niño
si yo fuera músico...

                           (Poemas para Olmo)






sábado, 29 de junio de 2013

Ruiloba desde el Remedio: Va de primores. Poemas para Olmo.



RUILOBA DESDE EL REMEDIO: VA DE PRIMORES
Poemas para Olmo


Tendréis que repasar todos los cuentos
y las cien canciones de cuna
-muy importante-
¡ah! y asistiréis obligatoriamente al taller
"acunando a mi bebé"
y si es necesario
aprenderéis de nuevo a reír
y a besar
-¡que no se os olvide!-
porque estos primeros amores
van de primores...



Aquí,
junto a las olas
te esperamos, 
junto a mareas 
y vientos...

Aquí,
entre el verde 
y el azul
entre algas 
y silencios...

Aquí,
sobre la tierra y la luz
-flores y aves expectantes-
un horizonte nuevo
te ofrecemos...

Juntos
te esperamos
con el corazón
inquieto...

Aquí...

(Poemas para Olmo)





jueves, 27 de junio de 2013

Ruiloba desde el Remedio: Poemas para Olmo.



RUILOBA DESDE EL REMEDIO:
Poemas para Olmo


Un nuevo eslabón 
se une a la cadena
un nuevo corazón
¿desde cuándo? tiembla
navega en tu interior
vuestros besos sueña...



Sabemos que estás ahí
girando ya con las estrellas
titilando, como un sol creciente
en el denso universo que te alberga...

Sabemos que alrededor
hay música de mares y navegas
submarino, varado en el silencio,
enredado en el amor de una marea...

(Poemas para Olmo)




jueves, 13 de junio de 2013

Ruiloba: Corneja mágica...




RUILOBA: CORNEJA MÁGICA...


Sopla el viento del oeste, frío, fuerte.
Anticipadamente, la tarde se oscurece.
Pesadas nubes plomizas...




La mar,
de un duro azul,
rizada de blanca espuma
se agita amenazante...




Sopla el viento.
Sobre el horizonte
una cortina de lluvia...

Sopla el viento, con furia.
Una gaviota sube y baja, caprichosamente,
con las alas inmóviles, extendidas
contra el viento...




Y el verde crudo de la Marina,
ese verde siempre verde,
como lenguas sobre las lomas suaves,
recortando azules marinos,
lamiendo el cielo...




Llegó la lluvia hasta mí,
sus puñales en el viento...





¡Mágica Corneja..!