lunes, 21 de julio de 2014

Escapadas a La Capía...



ESCAPADAS A LA CAPÍA...


     No sé muy bien por qué, pero muchas veces siento que La Capía me reclama y tengo la imperiosa necesidad de una escapada...


Pico de La Capía, Monte Dobra.

     No sé si lo que hay en su silencio -aire en el aire, intemperie oculta bajo la nube, los fieles helechos del sendero, pinos retorcidos por el rayo, rostros de piedra desfigurados por la barbarie- son la recompensa de este sufrimiento...


Rostros esculpidos en la roca.

     No sé si aquella roca abandonada, arrancada de raíz su soledad inocente, pintada y repintada de fechas, flechas, corazones con nombre que se juran amor eterno, resuena en mi ansia por subir...


Buzón. Vistas maravillosas.

     No sé muy bien por qué, pero cada vez que me escapo a La Capía siento demasiado su soledad, su polvo en el aire al acecho siempre, el frío que rezuma sin tregua y que resuena en su roca destruida a la sombra de los helechos...


Canteras destructoras.

     Pero nada me sirve de consuelo 
y siempre vuelvo...

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