martes, 24 de mayo de 2016

Nada era inevitable. Poema de Jorge Riechmann.



NADA ERA INEVITABLE
POEMA DE JORGE RIECHMANN


     Una de las cosas que más me gusta hacer en primavera es preparar mi pequeño huerto. Me lo tomo, eso sí, con mucha calma. Las labores son varias y llevan, como todo, su proceso. Además siempre cuento con la compañía y el apoyo de Huma, mi preciosa gatita y con el pequeño petirrojo y un par de mirlos cantores, que a ratos amenizan la mañana.

     Hoy me tocaba palotear y como veis no se me da nada mal. Cada día paloteo un trozo calculado para no pasarme de rosca, pues se trata de un trabajo duro que hago una vez al año.



     Pero el secreto de que me guste tanto trabajar la tierra está en la silla que tengo aquí al lado, bajo el madroño. Y claro, el libro, la botella de agua y el sombrero de paja. Comienzo a media mañana con ganas, pero al poco rato me llama la lectura y no puedo resistir el impulso. Me quito los guantes y me siento un ratito a leer. 

     En La Marabunta, una simpática librería-café del barrio de Lavapiés de Madrid, había comprado hace tiempo un libro de Jorge Riechmann titulado Fracasar mejor (fragmentos, interrogantes, notas, protopoemas y reflexiones) y me pareció muy apropiado para repensar el mundo mientras paloteo. Este fue el poema de mis reflexiones de hoy, aquí os lo dejo, que yo tengo que progresar en la tarea...

NADA ERA INEVITABLE

Quienes hubieran debido ver no miraron.

     Quienes hubieran debido oír no escucharon.
     Quienes hubieran debido recordar prefirieron distraerse.
     Quienes hubieran debido precaverse se entregaron.
     Quienes hubieran debido actuar permanecieron pasivos.

Quienes hubieran debido cooperar se blindaron de indiferencia.
Nada de lo que iba a pasar y se veía venir era inevitable. Pero
dejaron que ocurriera.

                                       Jorge Riechmann

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