Celebras ¡oh mar!
la solemne ceremonia de los fastos invernales.
Te cubres pudorosa
con el agitado manto de tus aguas sagradas
y sacas del fondo de tus entrañas
el magnífico gesto litúrgico sobre el altar del mundo,
la danza ritual de las ondas infinitas,
del viento acosador que zarandea el horizonte hasta la orilla...
Deslumbrante aleteo de las olas,
cómo sacudes mi corazón desnudo
sobre la roca encumbrada de tu templo,
límite ¡oh mar! de tu inmensa belleza
atormentada...