viernes, 19 de abril de 2013



OYAMBRE: NUEVO ITINERARIO VIRTUAL





Mientras Oyambre nos sacia de suaves fragancias,
de espacios sin límite que agrandan el alma...



Mientras la intemperie marina interpreta su melodía fantástica,
mientras las olas desgranan, humildes, su espuma plateada...




Nos sentimos encarcelados tras infinitos barrotes que afrentan,
impúdicos y miserables, tus aguas sagradas.




Carroña izada sobre la ría de la Rabia
y contra la rabia imposible del viento y la resaca...



Carroña que domina el paisaje
con el efecto depredador típico de la codicia humana...



Cuando la carroña se convierte en un peligro amenazante
y la servidumbre de tránsito desaparece bajo las vallas...




Un mísero sendero encajona nuestros pasos
en este espacio abierto y sin límites que invita a soñar...




A soñar entre la carroña de Oyambre, carroña de Cantabria,
como una bestia encerrada en la depredación de un paisaje singular




Mientras la intemperie marina interpreta su melodía fantástica,
mientras las olas desgranan, humildes, su espuma plateada,
mientras Oyambre nos sacia de suaves fragancias,
de espacios sin límite que agrandan el alma...




Mientras exista esta impúdica valla sobre la duna,
Oyambre será un paisaje asesinado...





jueves, 4 de abril de 2013




RUILOBA: PAZ BAJO LA BRUMA


     Paz bajo la bruma. Tus aguas mansas, plomizas, me invitan a la siesta. Una brisa suave, una temperatura ideal. Son las cuatro de la tarde.  La hierba alta, verde, flores de múltiples colores, insectos, ladridos, cantos de pájaros invisibles, y ese clamor constante, sordo, profundo de un mar casi quieto...




     Con los ojos semicerrados me lleno de tu presencia poderosa. Es tu aliento, respirando a mi lado, siempre rítmico, cadencial, armonioso...

     Hoy tus aguas se funden con el cielo sin distinción de formas y colores. Y mirando a la lejanía sin horizonte, solo se aprecian las ondas tranquilas que surgen bajo la bruma...




      Los ojos se me cierran cargados de sueño, sentado en este banco de madera, al borde del cantil de la Corneja, en el Remedio, sobre la tierra húmeda y verde, sin sol, entre la bruma, paz de plata  y  p  l  o  m  o .  .  .