domingo, 14 de mayo de 2017

No sé qué tiene el arcoíris (poema para Olmo y Leo)





NO SÉ QUÉ TIENE EL ARCOÍRIS
(POEMA PARA OLMO Y LEO)


Hoy el arcoíris me dejó con la boca abierta
como cuando miramos los fuegos artificiales
en la fiesta del pueblo una noche de verano.

Siempre que sale me traslada 
a aquellos mis primeros arcoíris,
cuando era niño
y me extasiaba bajo la lluvia.



Descubrí que su belleza era efímera,
demasiado efímera pero perfecta
y que había que contemplarla sin miramientos,
que había que grabar en la retina
aquella aparición tan increíble en el cielo
como si de la magia de un mago se tratara.

No me interesaba tanto el porqué ni el cómo,
solo era capaz de admirar aquel arco de colores
como la obra de un genial artista
que colgara su dibujo de las nubes
y acto seguido se borrara.

Seguir el gran arco de extremo a extremo
sosteniendo en un mágico equilibrio
aquellos arcos de colores superpuestos
que la lluvia y el sol emborronaban.

No sé qué tiene el arcoíris
que saca el niño que llevo dentro.

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martes, 9 de mayo de 2017

¿Habéis escuchado alguna vez un amanecer en primavera?




¿HABÉIS ESCUCHADO ALGUNA VEZ
UN AMANECER EN PRIMAVERA?


    ¿Habéis escuchado alguna vez con atención un amanecer en primavera? Bueno, he de confesar que yo tengo el tiempo suficiente y la ventana abierta entre árboles de edad donde los pájaros se sienten seguros. Un lugar ideal para el caso.

    Pero es necesario estar preparado antes de que comience el espectáculo, porque se trata de un auténtico y extraordinario espectáculo, os lo aseguro.

    Aún es de noche, los árboles se confunden con la oscuridad y el fresco de la mañana te invita a una pequeña espera de agradable concentración y misterio.




    Da la impresión de que no va a amanecer jamás. De pronto, un tímido piar rompe el silencio. Aún es noche cerrada, sin embargo es un primer aviso de que poco a poco se aproxima. Tal vez los pajarillos se tomen su tiempo para despertar y desentumecerse.

    Y así es. Al rato pía de nuevo. No se trata de un canto, si no de un simple piar. Parece que en el cielo, allá hacia el este, sobre el horizonte, comienza muy lentamente a clarear. Ya deben ser dos o tres los pajarillos que pían de vez en cuando alternativamente. 

    De pronto, un breve guirigay, cortito, como si el músico estuviera afinando su instrumento, porque se trata de un auténtico concierto y de unos extraordinarios músicos. Y al igual que en la orquesta antes de interpretar la obra todos afinan sus instrumentos, aquí ocurrirá lo mismo.




    ¿Sabéis que de niños conocíamos los pajarillos por su canto aún sin verlos? Igual que en la orquesta los diferentes instrumentos cuando interpretan. Pues aquí va a suceder lo mismo y eso es lo maravilloso del caso.

    Aunque en la lejanía comienzo a distinguir el horizonte, claridad arriba, oscuridad abajo, aquí los árboles siguen sumidos en la noche. Pero el guirigay de los diferentes pajarillos se anima, se suma, se entremezcla. Parece que pronto comenzará el espectáculo.

    Siempre hay un impaciente que se decide y canta la primera estrofa. Y la competición está servida. La contestación no se hace esperar y otro pajarillo igual  responde con la misma copla. Poco a poco la melodía de estos dos se alarga, se eleva se embellece.




    Pues cuando todos los pajarillos de las diferentes especies se someten poco a poco y a la vez a esta multitudinaria competición, las melodías y el amanecer se funden en un extraordinario concierto que se prolongará hasta que desaparezcan las sombras de la noche.

    Los divos destacan por su potencia, con su bellísimo canto sobre innumerables melodías más suaves pero igualmente hermosas. Son momentos de una intensa emoción, de una serenísima belleza. La ejecución es siempre magistral y desde el palco privilegiado de mi ventana me rindo al sublime arte de los pajarillos.

    Poco a poco, a medida que clarean las sombras, la intensidad, la medida, la frecuencia de las melodías van decrescendo, las rivalidades cantoras cesando hasta que el día termina por extinguirlas.

    ¿Habéis escuchado alguna vez con atención un amanecer en primavera? Os lo recomiendo. Es uno de los espectáculos más bellos de la Naturaleza.


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viernes, 5 de mayo de 2017

Añoranza por la mañana (poema para Olmo y Leo)




AÑORANZA POR LA MAÑANA
(POEMA PARA OLMO Y LEO)


Las visitas son intensas y frecuentes. De pronto
la casa de los abuelos se llena de besos, de abrazos
de alegrías sin fin. Olmo y Leo invaden
nuestra calma cotidiana.
El salón se llena de juguetes
la mesa de papel continuo para pintar.
Hay que dar de comer a la gatita Huma, a las ardillas
al pequeño petirrojo. Retozaremos
entre margaritas, bajo las higueras, jugaremos
al escondite entre las rocas, perseguiremos
mariposas, cantaremos
caracol col col a la caracola
que llueva que llueva a las nubes
debajo un botón a Martín
y otras canciones que Olmo se inventa
sobre la marcha.




A Leo le toca gatear
subir una y otra vez las escaleras gateando
observarnos con atención
participar en el juego a su manera
perseguir con el índice a los pajarillos
decir papá, mamá, "Omo", agua y poco más
pero sobre todo reír, comer, dormir
estar en el brazo de todo el mundo
y preguntar con el índice por todas las cosas
habidas y por haber.

Las visitas son intensas y frecuentes
dos, tres días una vez al mes
y de pronto desaparecen
y la mañana siguiente se llena de desayunos desganados
de silencios que nos persiguen por los pasillos
de una calma repentina que poco a poco se hace rutina
y echamos dulcemente de menos su lluvia de besos
de abrazos, de alegrías sin fin.

Es la añoranza de la mañana
siguiente...

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