En Ruiloba: Una bala y una flor...

EN RUILOBA: UNA BALA Y UNA FLOR...


Junto a ti
que aún mantienes en la sien el rictus del disparo
la mueca de una bala prendida entre los ojos
el olor a sangre y pólvora incrustado entre estas piedras miserables,
asesinado por un hermano...

Junto a ti
que en esta madrugada marcada por el miedo a la muerte
en la que tus hermanos subían por la ladera con los ojos del odio
dispuestos a acabar con tu triste existencia
sin saber muy bien por qué
y te preguntabas
qué delito habías cometido
por el hecho solo de haber caído en el otro bando
para que tu hermano te odiase tanto
como para quitarte la vida
con tanta saña...

Junto a ti
en esta mañana de sol
entré en este viejo nido de ametralladoras
empuñé mi bastón cual una de ellas
y, como tú, fui incapaz de disparar al hermano que subía
y sentí el escalofrío de tu muerte segura, absurda y solitaria
como la de tantos hermanos tuyos de uno y otro bando
que sin sospecharlo siquiera tuvieron que morir de odio
azuzados sin saber muy bien por quién ni por qué...

Junto a ti
en este nido de muerte
que aún persiste en los montes de Ruiloba
como signo de ese odio maldito que una vez hubo entre nosotros,
hermanos marcados por la más ominosa de las afrentas...

Junto a ti,
en Ruiloba hallé
una bala y una flor,
hermano...

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