sábado, 15 de marzo de 2014

Ruilobuca: En la Fuente del Rior...



RUILOBUCA: EN LA FUENTE DEL RIOR...


     El u-u-uú... u-u-uú... de una paloma torcaz, el rumor del hilillo de agua que mana de la fuente, el potente aleteo de otra paloma y su nuevo u-u-uú... u-u-uú...




     Los primeros rayos de sol de esta mañana de marzo se cuelan por la tupida enramada, muchas de ellas aún desnudas, el musgo abrazado a los troncos de los saúgos reluce y refleja el verde viejo del tiempo y de la umbría...




     Helechos, raitines, avellanos... y el hilillo de agua que propaga en este microespacio el hilo musical más sublime que haya escuchado... De pronto el tableteo de un pájaro carpintero...


Raitín del Rior (petirrojo)

     Y la Fuente del Rior abierta en la roca, cubierta por una pátina vegetal herrumbrosa... Es suave y sencillo su manar, humilde, insignificante... Discurre el pequeño riachuelo entre los restos de un antiguo lavadero. Aún persisten las pesadas losas inclinadas que soportaron tantas manos femeninas bregando con la colada. A un lado, el lavadero para lavar y aclarar; al otro, el estrecho pasillo para las lavanderas, antiguamente cubierto por una techumbre cuyas tejas, hechas añicos, se resisten a desaparecer...




     En el silencio sonoro del manantial aún puedo escuchar sus voces -entre las que se encuentra la de mi madre- que me llegan como un eco apagado y misterioso... Sus conversaciones interminables, ancladas siempre a este pequeño mundo de Ruiloba, sus emociones, sus alegrías, sus preocupaciones, sus risas cristalinas como el agua clara, sus maravillosos cantares... Ir al Rior, además de lavar, era reír...




     Aún puedo pues, Rior, sonreír contigo al contemplarlas desfilando con el rueño en la cabeza y el balde lleno de ropa recién lavada, en un equilibrio casi imposible por el difícil sendero hacia sus hogares... Fuertes, airosas, espectaculares, como las heroínas de un tiempo esforzado, pero quizá feliz para ellas y que hoy tú, Fuente del  Rior, en Ruilobuca, con tu hilillo de agua cantarina susurrando "aquella" canción, entre musgos, pájaros cantores y blancos espinos me has desvelado y me has emocionado...




     U-u-uú... cantan las silvestres palomas del tiempo...


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