viernes, 16 de julio de 2010

  AL ÁRBOL DE LOS CAMINOS
PLÁTANO DE SOPEÑA


     Sr. Director de la revista "Cantárida": Si os parece digna, ruego aceptéis esta pequeña colaboración que, en relación con el conocido tema del "Plátano de Sopeña" se me ocurre como carga emotiva en defensa de los árboles, que, por esos caminos de Catabria, van cayendo sin pena ni gloria, sin tener en cuenta que forman parte de esa retina común de pueblo que tan familiar se nos ha hecho desde siempre.



    
     El "Plátano de Sopeña" es uno más de tantos, víctima de un desarrollismo avasallador y sin tacto, irrespetuoso y electoralista que nos va esquilmando esos datos nuestros, tan característicos de nuestro paisaje y que con una gestión más racional y coherente podemos salvar fácilmente.

     Os ruego aceptéis también mi anonimato como expresión de romance popular que nace de las personas sin nombre, pero que estamos aquí y sentimos tanta falta de amor y respeto por nuestras cosas. ¡Gracias!


¡Ay, plátano de Sopeña
cien años mudo testigo
de las labores de un Valle
asaz desagradecido!

De las raíces al cielo,
Manuel Llano, fiel amigo,
con dolor de tala breve
le amenazan tus vecinos.

Si vuestros antepasados
respetaron su ser vivo
¿seréis vosotros capaces
sin razón, de destruirlo?

No borréis tales raíces,
que en este plátano altivo
esencias hay de la historia
heredad de vuestros hijos.

¡Ay, cabuérnigos sensatos,
no se oyen vuestros gritos!
¡Noble juventud del Valle,
no "paséis" de vuestros signos.

Que quienes mandan ahora
pasarán pronto al olvido.
Si no defienden el lar
afrontad sus desafíos.

¿Qué va buscando el viajero
en vuestro valle bendito?
¿El asfalto del sendero
o ese sabor de lo antiguo?

¿La voraz velocidad
va con el Valle tranquilo?
¿Perderá su identidad,
armonía y equilibrio?

¿Esa personalidad,
no estará en grave peligro?
¿Volverán a colocar
vuestros morios en su sitio?

¿No se pueden mejorar
sin destruir los caminos?
¿No será lo electoral
lo que buscan los políticos?

¿A quién puede interesar
abril el Valle al bullicio?
¿Tras la autovía vendrán
el cemento y el ladrillo?

Al poco tiempo no habrá
ni el mínimo parecido
con el auténtico Valle
de bosques, prados y ríos.

Que hagan la carretera
y que la hagan con mimo.
Estáis en vuestro derecho
de dar primero permiso.

¡Ay, plátano de Sopeña,
qué incierto es tu destino!
Eres símbolo en Cantabria
del árbol de los caminos.

"Cantárida",  noviembre de 1988


EL PÁTANO DE SOPEÑA, HOY



De puro milagro, sigue en pie.

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